Crónica de un día mágico

Se acercaba el ocaso en las calles de Alcázar de San Juan cuando se abrían las puertas del auditorio Emilio Gavira para recibir a las más de 800 personas que marcaron un aforo completo desde hace meses, justo a las pocas horas de comenzar la venta de entradas.

Era pues, más que esperado ese día. Olor a incienso, las flores centradas sobre el escenario y una pantalla que muestra un vídeo con imágenes de la agrupación anfitriona, formación que acaba de cumplir 15 años. Suena música de fondo (“Padre Nuestro, en Ti Creemos”, una composición propia basada en este popular canto litúrgico), para de repente aparecer allí, majestuosa, impecable y aclamada la “niña” del cumpleaños: la agrupación musical “El Perdón”.

Cornetas destacando desde el fondo, bombos y tambores rugiendo, trompetas con dulces melodías descansando sobre las tubas y los trombones: acaba de comenzar un día mágico.

Marcos Galván, conocido locutor radiofónico y alcazareño, fue el encargado de ser el guía de este dulce paseo cofrade, donde la formación manchega interpretó, por primera vez, un repertorio completamente propio digno de su madurez: “A Tu Encuentro, Nazareno”, marcha dedicada al Señor del Viernes Santo de Alcázar; “Un Rosario de Vida”, primera composición realizada por un autor de la propia banda y que toda la agrupación siente como algo más que propio o “Agonizando en la Cruz”, dedicada al Cristo de la Expiación al que acompañaban los Miércoles Santos en sus inicios.

Se hace el silencio y suena la marcha estrenada el pasado domingo en Santa María, composición que se entrega en cuerpo y alma a Ntro. Padre Jesús del Perdón, al que acompañan cada Domingo de Ramos desde hace tiempo. Se palpa la simbiosis, cierras los ojos y te trasladas a esas calles empedradas; solo queda disfrutar de “El Perdón de Dios”.

Momento de reconocimiento a la junta directiva y a sus componentes, de regalos, de admiración y de abrazos, especialmente a la hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud de Madrid (Los Gitanos de Madrid), con la que se han estrechado los lazos desde su salida el pasado Miércoles Santo de 2022. Y es en este momento en el que el público calla, impaciente, nervioso, porque se aproxima el estreno de una gran composición dedicada a su titular, cuyo autor es el aclamado Javier Cebrero, al que la propia hermandad regaló un obsequio con unas emotivas palabras que seguro venían dictadas desde el cielo.

Suenan las tubas, se alcanza la melodía, resuena la campana… ya está aquí “Y que nunca nos falte”, que finaliza con un tremendo aplauso y ovación de todo el auditorio, que reclama que aún no se vayan y nos deleiten con una nueva marcha, en este caso “De Vuelta a Ti, Señor”.

Turno para otro de los platos fuertes de la noche: se alza el telón y brilla la agrupación musical “Ntro Padre Jesús de la Pasión”, o como lo conocemos todos, Pasión de Linares. Música exquisita, mágica, perfectamente cuidada en cada uno de sus movimientos. Nos deleitan con “Gitano”, “El Sumo Sarcedote” o “Atado a la Columna” entre otras. Se palpa calidez en el ambiente, porque sin querer nos hemos trasladado a un Lunes Santo tras el Cautivo de Santa Genoveva con la interpretación magistral de “Al que yo bese”, culminando con ese cantar del gallo en la parroquia de Omnium Sanctorum tras el Carmen Doloroso con “Al oír el canto”. No puede rebosar más elegancia sobre el escenario cuando ocurre lo inesperado: una interpretación excelsa del popurrí de Ennio Morricone, y a partir de aquí un servidor no puede continuar escribiendo, pues se quedó sin palabras.

Descanso merecido y rompe en el escenario “Al Cristo de los Faroles”, enmudeciendo al auditorio con el solo de trompeta; así de fuerte empieza la agrupación musical “Virgen de los Reyes”. Empieza a sonar a Sevilla dentro de la Mancha cuando interpretan uno de los estrenos de este año titulado “Alma Nuestra” de Miguel Ángel Font. Es imposible no visualizar el banderín andando tras el Despojado o tras el Resucitado de Sevilla cuando se interpretan el resto de marchas como “La Esperanza de María”, “al Rey de los Reyes” o “Vida”, para culminar con un delicado “A Jesús por María”. Pero el auditorio no se conforma, sabe que en Alcázar vuelve a estar “Los Reyes”, así que quieren continuar disfrutando. Y cómo no, los sevillanos que entienden de la música del pueblo, ofrecen dos de las grandes: “Al Compás de la Laguna” y “Caminando va por Tientos en la Madrugá”, marcando un final obligado con la marcha real, porque si por el público fuese, sería un día que no acabaría nunca.

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